miércoles, 6 de abril de 2011

LA PAÑOLETA EN EL ROCIO

A las claras del Alba, dejando atrás una noche de intranquilidad, nervios e ilusiones por cumplir, se despertó La Pañoleta, apenas entraba por las ventanas la luz de la mañana, cuando sus vecinos se apresuraban a equiparse con todo lo preparado con toda la ilusión del mundo la noche anterior. Por fin había llegado el momento, el momento de hacer realidad un sueño, hacer el camino del Rocio, para muchos no era algo nuevo, aunque siempre se tenga la mismas ganas e ilusión de ir a ver a la Blanca Paloma, pero para otros era el sueño inalcanzado, toda una vida esperando el momento de empezar el camino hacia tierras marismeñas, como si de niños se tratase, el reflejo de sus caras y el brillo de sus ojos vislumbraban que algo especial estaba por suceder, en esos momentos se me vino el mundo encima y empecé a comprender el alcance que podría tener tal acontecimiento, mi orgullo era tremendo al comprobar como la felicidad de los demás alcanzaba lo mas hondo de mi ser. Llegamos en autocar hasta la venta Mauro, lugar donde desayunamos en un ambiente de fiesta y muy Rociero, ya que los vecinos de la Pañoleta habían comprendido y a su vez entendido que había que estar a la altura de tan gran acontecimiento y su indumentarias no podía ser mas acorde, vaqueros, camisas blancas, sombreros y pañuelos al cuello, como si de la misma romería se tratase. Tras el desayuno comenzó el caminar por la Raya Real, íbamos equipados con un tractor con remolque y 8 vehículos todo terrenos para paliar el cansancio de los mayores, la sorpresa fue mayúscula al preguntarles si se querían subir para descansar, la respuesta siempre fue unísona y con una rotunda negativa a subir a los vehículos, todos pretendían hacer la totalidad del camino a pie. Este camino estuvo lleno en todo momento de cantes y plegarias destinadas a la Virgen del Rocio, que manera mas bonita de rezar y cuantos sentimientos se depositaban en ellos. El momento de humor llegó en ese puente de madera que anuncia la llegada a la Aldea, el puente del Ajolí, cuando nos reunimos todos en dicho puente e íbamos a comenzar a rezar la salve, se acercó por fuera de la alambrada una vaca, podéis imaginar tras escuchar una voz de advertencia que decía "un Toroooooo" miramos hacia atrás y vimos los cuernos de la vaca y como si de un Miura se tratase comenzamos a correr despavoridos hacía el Rocio buscando un lugar donde protegernos y la vaca al vernos igualmente salió corriendo en sentido contrario hacia Palacio con mas miedo que nosotros. Una vez repuestos del susto, rezamos la Salve, uno de los muchos momentos mágicos vividos a lo largo del día y con mención especial a los vivas que dedicamos a Nuestra Bendita Madre la virgen del Rocio finalizando con un emotivo Viva el Barrio de la Pañoleta que lleno de lágrimas los ojos e muchos de nuestros mayores. La colaboración fue total al llegar a la casa Hdad de Utrera,( lugar que nos habian prestado para pasar la noche) unos haciendo camas, otros la cena, otros la candela etc... La noche se preveía larga como así ocurrió, una vez cenados hicimos un coro alrededor de la candela donde nuestros amigos Luis y Mateos nos ofrecieron una gran actuación llena de sentimientos hacia la Virgen del Rocio, que duro desde las 11 de la noche hasta casi las 5 de la madrugada. Por la mañana una vez repuestos y algo mas descansados nos dispusimos al momento cumbre, la ofrenda de flores a la Virgen del Rocio, comenzamos a caminar hacia la Ermita y conforme íbamos acercandonos a ella, de nuevo comenzaron los nervios y las prisas por llegar, parecía que no llegaríamos nunca, pero llegamos, vaya si llegamos, eramos mas de 140 personas contando con los vecinos que se acercaron la mañana del Domingo para acompañarnos a la ofrenda. Manuela depositó las flores a los pies de la Virgen en un acto muy emotivo y lleno de fe, las lágrimas de Manuela contagiaba a todos los presentes que nos postramos a los pies de la Reina de las Marisma. Una experiencia única e impresionante y dificilmente de olvidar. Tengo que agradecer a todos los socios de la A.VV Nuestro Barrio Unido y a los vecinos de la Pañoleta el cariño que me profesan y el llenar de felicidad mi vida con la compañia de todos ellos.

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